En 2015, la viticultura guipuzcoana de Getaria y Zarautz cautivó a las familias López de Lacalle y Zapiain. Sus variedades autóctonas, Hondarrabi Zuri y Hondarrabi Beltza y un clima atlántico con temperaturas moderadas y frecuentes lluvias, junto con la magia de la crianza en rima, permiten elaborar grandes vinos espumosos.
· Viñedos en ladera a la orilla del mar con exposición sureste/suroeste que permite a la brisa adentrase entre los parrales, consiguiendo un buen estado sanitario de las uvas.
· Viticultura respetuosa y poco intervencionista en busca de equilibrio y vida, manifestando el carácter único de los áridos suelos de arenas y pizarra.